Árboles de ataque
Para
construir un árbol de ataque el objetivo del atacante se usa como raíz del
árbol, y a partir de éste, de forma iterativa e incremental se van detallando
como ramas del árbol las diferentes formas de alcanzar dicho objetivo,
convirtiéndose las ramas en objetivos intermedios que a su vez pueden
refinarse. Al estudiar y analizar el conjunto de todos los posibles ataques a
los que está expuesto un objetivo, se acaba modelando un bosque de árboles de
ataque.
Un
árbol de ataque estudia y analiza cómo se puede atacar un objetivo y por tanto
permite identificar qué salvaguardas se necesita desplegar para impedirlo, permiten
estudiar las actividades que tendría que desarrollar el atacante y por tanto lo
que necesita saber y lo que necesita tener para realizar el ataque; de esta
forma es posible determinar la probabilidad de que el ataque se produzca, si se
conoce quién pudiera estar interesado en atacar el objetivo y se analiza su
capacidad para disponer de la información, habilidades y recursos necesarios
para llevar a cabo dicho ataque
Hay
que analizar el escenario al que nos enfrentamos y estudiar el problema desde
el punto de vista en que haría el potencial atacante, aunque es difícil
construir árboles exhaustivos en el primer intento, sí son un buen soporte para
ir incorporando la experiencia acumulada y recopilar en cada momento el mejor
conocimiento del que se dispone.
Los
árboles de ataque constituyen una documentación extremadamente valiosa para un
atacante, especialmente cuando incorporan el estado actual de salvaguardas,
pues facilitan en extremo su trabajo. Son un documento clasificado y deben
tomarse todas las medidas de seguridad necesarias para garantizar su
confidencialidad.
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